Fuente: https://rubinobservatory.org/es/news/rubin-first-look/cosmic-treasure-chest
Presentamos los primeros tesoros cósmicos del Observatorio Vera C. Rubin de NSF-DOE, una gran cantidad de datos que ayudarán a los científicos a hacer innumerables descubrimientos nuevos sobre nuestro Universo. Esta imagen, una de las primeras publicadas por el Observatorio Rubin, muestra un Universo repleto de estrellas y galaxias, transformando por primera vez lo que parecen ser bolsas de espacio vacías y negras como la tinta en tapices brillantes. Sólo Rubin tiene la capacidad de producir rápidamente imágenes tan grandes con tanto color y abundancia.
Aquí, la perspectiva de Rubin se centra en la región sur del cúmulo de Virgo, a unos 65 millones de años luz de la Tierra, la mayor agrupación de galaxias más cercana a nuestra Vía Láctea.
La imagen ofrece una impresionante variedad de objetos —desde brillantes estrellas de color azul a rojo, pasando por galaxias espirales azules cercanas y grupos de galaxias rojas lejanas—, lo que demuestra la amplia gama de conocimientos científicos que permiten los datos de Rubin. Durante los diez años que durará la Investigación del Espacio-Tiempo como Legado para la posteridad, los científicos de todo el mundo tendrán acceso al tesoro de datos de Rubin para responder a preguntas como: ¿Cómo se formó la Vía Láctea? ¿De qué está formado el 95% del Universo que no podemos ver? ¿Qué revelará un inventario detallado de los objetos del Sistema Solar? ¿Qué aprenderemos al observar cientos de millones de cambios en el cielo nocturno durante diez años?
Aparte de unas pocas estrellas en primer plano de nuestra Vía Láctea, los innumerables puntos de luz captados aquí forman un rico tapiz de unos 10 millones de galaxias, sólo el 0,05% de las aproximadamente 20.000 millones de galaxias que Rubin fotografiará durante su Investigación del Espacio-Tiempo como Legado para la posteridad (LSST por sus siglas en inglés), que durará diez años. Al final de la investigación, Rubin habrá revelado este nivel de detalle en todo el cielo del hemisferio sur.
Las estrellas brillantes que se ven dispersas por toda la imagen pertenecen a nuestra galaxia. Al rastrear sus posiciones, su brillo y, en algunos casos, incluso su movimiento a lo largo del tiempo, Rubin ayudará a mapear la Vía Láctea con un detalle extraordinario, revelando su estructura, su historia y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo. Con observaciones de corrientes estelares nunca antes vistas, galaxias enanas y mucho más, los datos de Rubin ayudarán a los científicos a investigar el dinámico pasado de nuestro vecindario cósmico.
Además de mostrar la riqueza y variedad de la luz celeste aquí, esta imagen profunda de ~25 grados cuadrados ofrece una muestra de la forma en que Rubin observará durante la investigación principal. Cada exposición individual tomada por el Observatorio Rubin cubre 10 grados cuadrados (aproximadamente 45 lunas llenas). La combinación de múltiples exposiciones del mismo lugar del cielo, tomadas en diferentes momentos y con diferentes filtros de color, revela detalles extremadamente tenues que no se captarían en una sola exposición. Las 1.185 exposiciones combinadas para crear esta imagen se tomaron en un período de sólo 7 noches. El Observatorio Rubin es la única herramienta astronómica existente capaz de ensamblar una imagen tan amplia y profunda con tanta rapidez.
Si estás viendo esta imagen con la herramienta Skyviewer del Observatorio Rubin, puedes utilizar la configuración “display” para alternar entre una vista con y sin asteroides, que aparecen como rayas multicolores. Estos asteroides que se mueven en nuestro Sistema Solar fueron capturados por el rápido sistema de Rubin en un lugar diferente en cada exposición, y así es como se ven cuando se combinan las exposiciones. El amplio campo de visión y la frecuencia de las imágenes de Rubin lo hacen único para detectar y rastrear asteroides, cometas y objetos transneptunianos distantes, lo que permite crear un inventario detallado de nuestro Sistema Solar y ayudar a proteger la Tierra al alertar a los científicos sobre objetos potencialmente peligrosos.